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domingo, 11 de noviembre de 2012

La bibliotecaria de Auschwitz, Antonio G. Iturbe

En pleno campo de Auschwitz Fredy Hirsch ha logrado organizar una escuela clandestina para los niños. Allí, la aparentemente frágil Dita, de apenas trece años, será la guardiana de los pocos libros que poseen. Si los nazis los descubrieran significaría su muerte, al fin y al cabo, "a lo largo de la historia, todos los dictadores, tiranos y represores (...) fuera cual fuese su ideología, todos ellos han tenido algo en común: siempre han perseguido con saña los libros. Son muy peligrosos, hacen pensar." 
A lo largo de la novela nos sumergimos en el infierno que supuso la locura nazi, la vida, y sobre todo la muerte, que supuso la existencia de los campos de concentración. 

Creo que lo mejor que podemos decir de un libro es que no te deje indiferente. Efectivamente, esta historia te palpa el alma, cuanto más cuando sabes que lo que lees fue tristemente real. El personaje de Dita está basado en Dita Kraus, una mujer actualmente octogenaria que sufrió el horror de Auschwitz y que se entrevistó con el autor para documentar la historia. Si bien, como ella misma reconoce, el valor que se les da a los libros en la novela está poetizado, no eran objetos esenciales para vivir "no jugaban ese papel", los horribles actos de crueldad que aparecen sí fueron reales. 
Iturbe mezcla el estilo narrativo novelístico con la crudeza de la crónica periodística cuando expone los actos inenarrables de los nazis. En muchas ocasiones es imposible continuar la lectura, se hace necesario parar para poder digerir todo ese horror descarnado. Se trata de un lectura dura, difícil por la crueldad que impregna sus páginas, no por el lenguaje ni por la dificultad de la historia, es uno de esos libros que no se pueden dejar de leer.

"Dita sintió esa noche la emoción de un descubrimiento, de saber que no importaba cuántas barreras pusieran todos los Reichs del planeta, porque si abría un libro podría saltárselas todas".

"Una persona que te espera en alguna parte es esa cerilla que se enciende en un campo por la noche. Quizá no pueda iluminar toda la oscuridad, pero te muestra el camino para volver a casa."


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